Conocer al detalle cualquier producto que vamos a utilizar en cualquier tipo de trabajo es algo que nos permitirá, por una parte, hacer un uso del mismo lo más correcto posible; y, por otra parte, valorar y conocer si ese producto es el más adecuado para alcanzar el objetivo que estamos buscando.
El hecho de maquillarse, tanto a una misma como en el ámbito profesional, constituye un trabajo que dará como resultado la mejora del aspecto de la persona a la cual se ha maquillado, y para ello se requiere el uso de diferentes productos cosméticos y de herramientas (como brochas, pinceles, esponjas...), los cuales será necesario conocer tanto su función, como su aplicación, y también las diferentes alternativas que presentan para hacer la mejor elección posible.
Es cierto que el número de cosméticos utilizados en determinados trabajos de maquillado puede ser muy elevado dependiendo del estilo empleado o del efecto final buscado, pero siempre va a haber un número básico de productos a utilizar en la gran mayoría de maquillados.
Cuando hablamos de maquillar a una persona nos centramos principalmente en su rostro, y dentro de este encontramos elementos que requieren una metodología de trabajo específica con sus propios cosméticos.
Los ojos van a ser uno de estos elementos, a los cuales se les debe prestar mucha atención, ya que son, posiblemente, el elemento sobre el cual más tiempo va a recaer la mirada de las personas que interactúen con la persona a maquillar. Como es de imaginar, a la hora de maquillar los ojos vamos a encontrar productos específicos para esta zona, como por ejemplo la sombra de ojos.
¿Qué es la sombra de ojos?
Se trata de un cosmético que, usualmente, suele estar hecho de polvos, pero que también es posible encontrarlo en formato líquido, o en crema, de una manera muy similar a como podemos encontrar por ejemplo una base de maquillaje.
La función que cumplen las sombras de ojos es la de otorgar profundidad y amplitud a los ojos de manera que aumente notablemente su expresividad y protagonismo dentro del rostro, además de combinar con el color de los mismos o de cualquier otro elemento presente, como el cabello, la piel u otra tonalidad de maquillaje empleada en otras zonas.
Además de poder optar entre diferentes tipos de formato, podremos elegir también, y como ya hemos anticipado unas líneas más arriba, entre diferentes colores, algo que va a ofrecer mucho juego a la hora de crear diferentes estilos (más atrevidos, más formales, específicos para un determinado evento o situación...).
A la hora de aplicar la sombra de ojos se puede optar entre diferentes opciones que vendrán marcadas por el formato del producto elegido. Por lo general se suele emplear una pequeña esponjita, pero también es posible aplicarla con un pincel o con los propios dedos. El tipo de elemento empleado para su aplicación y el tipo de producto van a marcar el efecto producido por la sombra de ojos.
A la hora de retirarlas, las sombras de ojos no son un producto que presente grandes dificultades. Para ello, bastará utilizar un desmaquillante sencillo e, incluso, únicamente agua.
¿Cuándo empezaron a emplearse las sombras de ojos en el maquillado?
Las sombras de ojos llevan utilizándose en el mundo del maquillaje desde hace miles de años, es decir, son tan antiguas como el hecho de utilizar maquillaje en sí. Las civilizaciones egipcias, griegas y romanas ya utilizaban en sus composiciones de maquillado las sombras de ojos.
Fue ya a principios del siglo XX, cuando comenzaron a aparecer las primeras grandes industrias de cosméticos, las cuales contaban entre su oferta de productos con las sombras de ojos. En esta época, los productos de maquillaje eran empleados casi exclusivamente por las mujeres pertenecientes a las clases altas de la sociedad, y no fue hasta la década de los 40 cuando el maquillaje comenzó a ser accesible para todo el mundo.
En los años 60 y 70 comenzaron a aparecer nuevas tonalidades en las sombras de ojos, ya que fue en este punto cuando se pusieron de moda los tonos claros, verdes y azules.
Ya en 1990 habían aparecido todas las tonalidades actuales y algunos tipos de compuestos en la fabricación de las sombras, como las sombras en crema, a las que se han ido añadiendo los diferentes tipos de sombras de ojos hasta llegar a la actualidad.
¿Qué tipos de sombras de ojos hay disponibles en el mercado?
La principal duda que puede surgir a la hora de adquirir una sombra de ojos es qué diferencia existe entre cada uno de los tipos disponibles en el mercado, y cuál es el más adecuado para el resultado que se espera obtener.
Sombras de ojos en polvo suelto
Las sombras de ojos en polvo suelto son una de las primeras sombras que aparecieron en el mercado, y uno de los tipos más fáciles de emplear. Se trata de un producto que viene en un estuche y su textura es la de un polvo más o menos suelto, el cual se debe coger con un pincel o pequeña esponjita para aplicarlo en la zona deseada, es decir, los párpados superiores.
Es un tipo de sombra muy fácil de utilizar, que permite ser difuminada sin mayor dificultad cuando ya se ha adquirido un mínimo de práctica. Presentan también la ventaja de que no suelen sufrir una degradación de su aspecto conforme va pasando el tiempo, permaneciendo sin cuartearse o arrugarse, además de contar con una amplísima variedad de tonos disponibles. Sin embargo, tienen el inconveniente de que su durabilidad una vez puesta sobre la piel es bastante más limitada en número de horas que la del resto de tipos de sombras de ojos. Otro inconveniente, aunque de menor medida y fácilmente solucionable, es que al aplicar una sombra en polvo es muy probable que termine cayendo producto sobre la cara o sobre la ropa, por lo que se debe tener en cuenta para evitar mancharse.
Para su aplicación se debe emplear en pincel o brocha antes mencionado, y resulta bastante fácil difuminar este tipo de sombras cuando se desea combinar varios tonos y crear transiciones entre ellos.
Ofrecen acabados metálicos, satinados y brillantes, creando efectos que reflejan la luz con mucha facilidad.
Sombras de ojos en polvos compactos
Este tipo de sombras, a diferencia de las que vienen en formato de polvo suelto, se presentan en un pequeño estuche y tienen una textura compacta y algo endurecida. Para su aplicación se necesita una pequeña esponja, y debido a la textura que presentan no van a tener el inconveniente de manchar con tanta facilidad como ocurría con los polvos sueltos.
Sin embargo, a la hora de difuminarlas van a presentar mayores dificultades que los polvos sueltos y, en cuanto a su durabilidad, ambas van a resultar similares presentando las mismas características: permanecer sin degradarse durante el tiempo de uso, y durabilidad algo limitada en comparación con otros tipos de texturas.
Ofrecen acabados mate, metálicos, brillantes y satinados; por lo que son aplicables en cualquier estilo de maquillado y situación.
Sombras de ojos en crema
Este tipo de sombra de ojos viene en un pequeño frasco y tiene una textura cremosa (como bien se puede imaginar debido a su nombre).
En comparación con las sombras de ojos en polvo, la duración de la crema es muchísimo mayor, pero en cambio, una vez puesta, es muy probable que sufra una degradación de su textura en pocas horas ya que tienden a cuartearse o arrugarse. Esto es debido a que los párpados permanecen un tiempo considerable retraídos, y con ellos la sombra de ojos.
Este hecho implica que este tipo de sombras no sean adecuadas para trabajos de maquillaje que vayan a tener que perdurar durante un tiempo muy prolongado.
Su aplicación es bastante fácil, ya que se extienden con mucha comodidad utilizando simplemente los dedos, pero presentan el inconveniente de que a la hora de difuminar diferentes tonos van a presentar mayores dificultades que, por ejemplo, las sombras en polvo.
Por lo general, las sombras de ojos en crema presentan tonalidades fuertes, con opción de escoger entre colores brillantes, y con un efecto opaco.
Sombras de ojos líquidas o en gel
Este tipo de sombras van a presentar una textura mucho más fluida que las sombras en crema. Van a ser un punto intermedio entre las sombras en polvo y las sombras en crema, ya que van tener mayor duración que las primeras, pero pueden seguir presentando los problemas de las segundas, es decir, con el paso del tiempo pueden acabar formando pliegues en los párpados.
Este tipo de sombras van a proporcionar un acabado brillante o satinado, algo a tener en cuenta para poder ser utilizadas en determinados estilos de maquillaje.
Por lo general, son muy recomendadas para pieles jóvenes y sin arrugas, o para pieles secas.
Las diferentes opciones de efectos y colores que nos ofrecen las sombras de ojos
Ya hemos podido ver que cuando decidamos utilizar una sombra de ojos vamos a tener que elegir, en un primer momento, entre diferentes texturas, y una vez elegida la adecuada tocará optar entre los diferentes tonos y acabados existentes.
Conocer los diferentes efectos que van a crear las sombras de ojos va a resultar fundamental para lograr un trabajo de maquillado conjuntado con el resto de cosméticos empleados y con el estilo aplicado.
Acabado mate
El acabado mate es aquel que no tiene brillo. Se aplican tanto sobre el párpado superior, de manera que es el acabado que va a predominar y a marcar el estilo; y también sobre el párpado inferior (el fijo), de manera que se convierte en una sombra de transición cuando se quieren emplear otras tonalidades.
El acabado mate se utiliza en trabajos de estilo sencillo, discreto, o elegante.
Acabado metálico
Por lo general, este tipo de acabado se suele utilizar en maquillajes enfocados al ámbito nocturno cuando es aplicado en el párpado superior.
En el caso de ser utilizado durante el día, se puede aplicar en la zona próxima al lagrimal, combinando el efecto con otros tipos de acabado más discretos a la luz del sol.
Algo a tener muy en cuenta, es que cuando se utiliza un efecto metálico en una piel seca o con muchas arrugas, se puede acentuar aún más este defecto.
Efecto nacarado
El efecto nacarado es aquel que, independientemente del color de fondo que se haya empleado, los reflejos que se obtienen al exponerse al sol son similares a los que ofrece una perla o, como su propio nombre indica, el nácar; es decir, ofrece un reflejo irisado.
Es por ello, que este tipo de acabado va a resultar mucho más particular que el resto, pero en cambio da muy buen resultado cuando se utiliza de día. Además, cuenta con la ventaja de que puede ser aplicado en la gran mayoría de las pieles sin crear problemas.
Acabado brillante o satinado
Se trata de un acabado parecido al ofrecido por los tonos metálicos, y por lo general se aplica sobre los párpados superiores. La diferencia respecto a los acabados metálicos es que las sombras brillantes se pueden aplicar sobre pieles secas o con ciertas arrugas, por lo que suponen la alternativa a estos en las mujeres que presentan este tipo de pieles.
Algunos consejos para la aplicación de la sombra de ojos
A la hora de aplicar un producto cosmético sobre la piel, siempre es recomendable conocer una serie de aspectos, características y pequeños "trucos" para que el resultado obtenido tras la aplicación sea el esperado.
Las sombras de ojos se aplican sobre una zona del rostro que, si bien no tiene una gran extensión, sí que es cierto que puede resultar un poco conflictiva, ya que se trata de una zona móvil y en la que se producen pliegues de manera natural, como es el caso del párpado superior.
Uno de los primeros aspectos que se deberá conocer es, evidentemente, la forma y tipo de ojos que posee la persona a la cual se va a maquillar, ya que ello condicionará en gran medida los objetivos de la aplicación de la sombra de ojos.
¿Se trata de unos ojos grandes con una gran amplitud y expresividad de manera natural? ¿O por el contrario son unos ojos algo pequeños que necesitan granar protagonismo en el rostro?
El segundo aspecto a conocer es, dentro de los ojos, cuáles son las zonas de importancia sobre las cuales se va a trabajar. Así pues, encontramos:
- Párpado móvil: al que ya hemos hecho referencia, y que se trata del párpado superior, ya que es el que se expande y se contrae en cada pestañeo.
- Zona exterior y zona interior: conceptos muy intuitivos, ya que la zona exterior es aquella que queda en nuestros laterales de la cara casi debajo de las sienes, y la zona interior es la que queda próxima a la región del tabique nasal.
- V exterior: relacionado con el concepto anterior, la V exterior va a ser aquella que se forma en la zona exterior de los ojos por la unión de los párpados superior e inferior, de forma que adquieren una forma tal que así: < >.
- V interior: se trata del mismo concepto que la V exterior pero aplicado a la zona interior del ojo.
- Lagrimal: el lagrimal queda situado en la V interior de los ojos, y como bien sabemos, es el encargado de general las lágrimas cuando lloramos, cuando se nos introduce un objeto extraño en el ojo, cuando padecemos alguna alergia... Se trata de una muy pequeña zona que puede resultar conflictiva debido a este motivo, por lo que puede resultar interesante utilizar cosméticos resistentes al agua, especialmente en mujeres que tienen facilidad para que sus ojos lagrimeen por cualquier motivo.
El siguiente aspecto hace referencia al tipo de brocha o pincel empleado para su aplicación, ya que dependiendo del tipo que se trate se puede conseguir un efecto u otro mediante diferentes tipos de extendido o difuminado:
- Brocha estándar: la utilizada desde siempre. Es redonda, algo plana, y con un tacto esponjoso. Se emplea para aplicar el producto con precisión.
- Brocha para difuminar: como bien podemos imaginar, se utiliza para difuminar el producto una vez aplicado y, así, suavizar el acabado o combinarlo con otro tipo de textura o efecto, por ejemplo, al realizar una transición de efecto mate a brillante.
- Brocha angulosa: Por lo general, estas brochas se utilizan para aplicar sombras en crema aumentando la precisión del trazo. Son como un pequeño pincel que, en ligar de acabar en una punta o rectos, como las brochas tradicionales, han sido cortadas formando una línea diagonal.
Centrándonos ahora en el momento de la aplicación, puede resultar interesante utilizar, en primer lugar, una pre-base de maquillaje para ayudar a que la sombra quede mejor fijada sobre la piel del párpado, y a minimizar algún defecto que pudiera haber en esta zona.