Si de algo no nos cabe ninguna duda, es que dentro del mundo de la caracterización profesional existe un sinfín de elementos y materiales que, junto a las numerosísimas técnicas que existen para aplicarlos nos ofrecen un catálogo casi infinito de trabajos y personajes para poder ser creados.
Un trabajo de caracterización profesional es el resultado de un conjunto de elementos aplicados sobre una persona, con el objetivo de crear sobre ella la imagen que se había ideado en un principio. Estos elementos a nuestra disposición, como decimos, son muy numerosos; algunos de ellos requieren ciertos conocimientos y habilidades para poder utilizarlos de la mejor forma posible, pero otros, sin embargo, no requieren más que el haber leído unas simples instrucciones.
Uno de estos elementos tan simples, pero ampliamente utilizados dentro de este ámbito son las lentillas, gracias a las cuales podremos otorgar a nuestros ojos (o a los de la persona sobre la cual estemos trabajando) un aspecto realmente increíble, que no se podría conseguir de ninguna otra forma, y que además puede suponer la guinda a todo el trabajo previo realizado. Los pequeños detalles, en determinadas ocasiones, pueden suponer un cambio increíble a la hora de conseguir un trabajo impactante que consiga captar la atención de todo aquel que lo observe.
Las lentillas son un elemento barato, simple, efectivo, y que además son conocidas por muchísima gente ya que se trata básicamente del mismo producto empleado para mejorar la visión como sustitutivo de las gafas.
Sin embargo, nunca está de más conocer con cierto detalle cualquier elemento que se utilice habitualmente en los trabajos de caracterización, saber que precauciones se deben tomar durante su uso, como tratar el material y, también, que posibilidades nos puede ofrecer en función de la disponibilidad de los diferentes modelos que podemos encontrar en el mercado.
¿Qué son las lentillas?
Se puede suponer que cualquier persona que se encuentre leyendo este artículo sabe perfectamente a qué tipo de objeto nos estamos refiriendo cuando hablamos de unas lentillas. Pese a ello, no está de más aprender un poco más sobre ellas para así poder comprender mejor cómo actúan y como tratarlas.
Las lentillas, también conocidas como lentes de contacto (nombre con el que se conocían mayormente durante la época en la cual comenzaron a ser algo habitual entre la población), son un elemento que se sitúa directamente sobre el globo ocular y que puede tener dos funciones:
- Correctora: en el caso de que se empleen para corregir diferentes problemas de visión como miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia... y que constituye el principal uso en la actualidad de este producto como sustitutivo de las tradicionales gafas de vista.
- Estética o cosmética: este es el caso que nos ocupa, en el cual la lentilla tiene la única finalidad de cambiar la apariencia de la pupila y el iris de los ojos de la persona que las lleva colocadas.
La necesidad de inventar o de crear las primeras lentillas fue motivada por el hecho de necesitar corregir defectos en la vista y, aunque el primer modelo creado data del año 1887, no fue hasta 1950 cuando se inventó el producto más similar al que conocemos en la actualidad, ya que las primeras se trataban de unas lentillas duras de vidrio, mientras que las últimas eran unas lentillas blandas.
Desde entonces, la evolución de las lentillas ha sufrido un gran desarrollo surgiendo, unos cuantos años después, y más concretamente en 1980, lo que se conoce como lentillas estéticas o cosméticas, cuyo único fin es cambiar la apariencia de nuestro iris.
Las primeras lentillas cosméticas estaban pensadas para poder cambiar el color natural de los ojos de una persona; es decir, permitían a alguien que tenía los ojos marrones convertirlos en verdes o azules durante el tiempo que les llevara puestas. Gracias a estas propiedades, las lentillas cosméticas empezaron a ganar, poco a poco, una gran popularidad.
Este tipo de lentillas puede resultar muy interesante, además, en el campo del maquillaje profesional, ya que se podrá adaptar el color de los ojos de la persona sobre la que está trabajando, para conseguir un tono mucho más favorecedor y que combine con ciertos tonos empleados sobre la piel o con el color del cabello.
Además, como añadido a la posibilidad de poder cambiar el color de los ojos, comenzaron a aparecer fabricantes que disponían en su catálogo de lentillas capaces de mejorar los problemas de vista de una persona, además de contar con las características cosméticas que hemos comentado.
Años más tarde comenzaron a aparecer en el mercado las primeras lentillas que no solo permitían cambiar únicamente el color de los ojos, sino que permitía dotarles de una apariencia totalmente peculiar y que suponía poder imitar el aspecto de los ojos de determinados animales o seres irreales, tales como gatos, anfibios, zombis...
Y, como curiosidad, también es posible encontrar en el mercado lentillas que no ofrecen ningún cambio externo en nuestro ojo en lo que a aspecto se refiere, pero que ofrecen un tinte de visión de tono azulado o verdoso que permite mejorar las condiciones de vista en determinadas situaciones.
Dentro de las diferentes lentillas que podemos encontrar en el mercado, existen a su vez dos tipos en función del material con el cual han sido fabricadas: lentillas duras y lentillas blandas. Las lentillas cosméticas o estéticas son, en la inmensa mayoría de los casos blandas, y se encuentran fabricadas por una mezcla de silicona e hidrogel, ya que este tipo de materiales son capaces de absorber agua y ello permite dotar al ojo del grado de humedad y oxigenación que necesita.
¿Qué posibilidades ofrecen las lentillas dentro del mundo de la caracterización profesional?
Actualmente existe una variedad prácticamente infinita en cuanto a modelos estéticos ofrecidos por lentillas se refiere, y sería casi imposible enumerarlos todos. Por ello, haremos referencia a aquellas posibilidades más recurridas durante los trabajos de caracterización y a otras un tanto más especiales y menos conocidas.
Lentillas para caracterizaciones sobre motivos de terror, Halloween...
Este puede ser, quizá, el grupo mayoritario de caracterizaciones en el cual se recurre a este tipo de lentillas, ya que existe un gran número de personajes o motivos para elegir, además de existir una celebración específica como es la noche de Halloween cuya temática gira en torno a este tipo de personajes.
Las principales lentillas a emplear serán aquellas que permitan un cambio de color en el ojo.
En el caso de que queramos realizar una caracterización sobre vampiros, deberemos elegir lentillas de color rojo o dorado.
Para caracterizaciones o disfraces sobre hombres lobo se pueden elegir unas lentillas de color amarillo; o si queremos un efecto diferente y más original, podemos optar por unas de color blanco para simular, con el trabajo adecuado, el momento en el cual se está produciendo la transformación.
Cuando se quiera representar zombis, personajes muy de moda en los últimos tiempos, lo ideal será recurrir también a las lentillas de color blanco.
Para casos en los que se desee representar a personajes demoníacos se puede optar por alguno de los colores ya mencionados (rojo, dorado o amarillo), o bien se puede optar también por unas lentillas totalmente negras que ofrecerán una sensación de profundidad y vacío a la mirada.
Además de estos colores, existen en el mercado lentillas que producen un efecto fluorescente en la oscuridad, algo que sin duda permite un enorme juego, además de un efecto realmente llamativo. No debemos olvidar que este tipo de caracterizaciones se realizan para ser lucidas en ambientes oscuros durante la noche, en los que estas lentillas resultarán ser uno de los elementos más llamativos.
Lentillas para caracterizaciones sobre motivos animales
Los disfraces o caracterizaciones con motivos animales son otro de los conjuntos más recurridos en cualquier celebración de carnaval y, también, en algunas obras teatrales, especialmente en aquellas dirigidas al público infantil.
Dentro de este grupo, y sin ningún tipo de duda, las lentillas más empleadas son aquellas que permiten representar una pupila alargada con aspecto felino o reptil.
Además de modificar la forma de la pupila, es posible encontrar lentillas que ofrecen texturas con motivos animales que colorean el iris. Por ejemplo, podemos encontrar texturas de guepardo, de piel de serpiente, piel de dragón... Un gran número de posibilidades capaces de combinar a la perfección con el trabajo de caracterización realizado.
Lentillas para caracterizaciones sobre personajes se series, cómics, películas...
El último de los grandes grupos sobre caracterizaciones es aquel que engloba a todo tipo de personajes ya existentes debido a su aparición de diferentes películas, series televisivas o cómics. Algunos de estos personajes se caracterizan por contar con unas pupilas características.
El hecho de realizar este tipo de trabajos de caracterización requerirá que el resultado final sea lo más fiel posible al personaje "real", por ello será preciso contar con el modelo adecuado de lentilla.
Afortunadamente se puede encontrar en el mercado lentillas basadas en la práctica totalidad de los personajes fantásticos que aparecen en este tipo de producciones.
Lentillas esclerales
Las lentillas "convencionales", o que tienen mayor presencia en el mercado, son aquellas que se apoyan sobre la córnea del ojo, de manera que actúan sobre nuestro iris y pupilas.
Sin embargo, existe otro tipo de lentillas, llamadas esclerales, y que se diferencian de las anteriores en que se apoyan sobre la esclera de nuestro ojo, es decir, sobre la zona blanca. Este tipo de lentillas ofrecen una sensación mucho más cómoda a la persona que las lleva y, por ello, existen lentillas correctoras de visión de este tipo.
Aprovechando esta característica, dentro del mundo de la caracterización se puede lograr un efecto muy útil y llamativo, que es aquel de conseguir unos ojos totalmente negros haciendo desaparecer tanto el iris como la zona blanca.
Este efecto puede ser utilizado en cualquiera de los grupos que hemos descrito anteriormente.
Las lentillas son un elemento muy simple, pero ¿sabemos cómo utilizarlas realmente?
Pese a la simplicidad y facilidad de colocación (para unas personas más que otras) de este elemento, es posible que no conozcamos ciertos aspectos recomendaciones a la hora de ser utilizadas en un trabajo de caracterización.
El primer punto, y posiblemente el más importante, es el de utilizar siempre un producto de calidad que haya sido sometido a los pertinentes controles y certificaciones. En Internet, y en determinados establecimientos físicos, es posible encontrar una amplia variedad de lentillas a precios realmente tentadores, pero debemos pensar que se trata de un objeto que vamos a colocar directamente sobre nuestro globo ocular, una zona especialmente sensible de nuestro organismo en la que cualquier daño padecido puede suponer un enorme problema (y, en algunas ocasiones, irreversible).
No se debe pensar que por tratarse de un elemento "decorativo" requiere un menor control que una lentilla correctora de vista y, además, debemos ser conscientes que en temas de salud no nos merecerá pena el ahorro de unos pocos euros a cambio de aumentar el riesgo de dañar nuestros ojos. La única diferencia existente entre una lentilla correctora y una cosmética (además de la función que realizan), es que la lentilla correctora se realiza a medida para el ojo que la va a portar, mientras que la lentilla cosmética tiene una forma y tamaño estándar válidos para la mayoría de ojos, pero no para todos.
Una vez tenemos claro que debemos optar siempre por productos de calidad, el segundo punto se centra en la manipulación y colocación de la lentilla.
Siempre que vayamos a manipular el producto lo haremos con las manos limpias, para lo que bastará realizar un lavado de manos con jabón neutro como el que hacemos habitualmente a lo largo del día.
Las personas que lleven las uñas largas deberán tener mayor precaución a la hora de manipular las lentillas ya que podrían dañarlas.
Como cualquier lentilla, se les debe cambiar el líquido con cierta regularidad (a excepción de las lentillas diarias) y la frecuencia de ello vendrá marcada por el propio fabricante. El fin de realizar este cambio es el de poder mantener la lentilla en un estado óptimo, limpia y sin ningún tipo de adherencia a su superficie que pueda molestarnos o dañarnos una vez colocada.
Para las personas novatas en el tema de las lentillas, puede resultar complicado saber si estamos viendo la lentilla de forma correcta, o si está colocada al revés. Cuando la lentilla está en su posición correcta veremos que tiene la forma de un bol o cuenco; sin embargo, cuando esté situada del revés veremos que también tiene forma de bol o cuenco, pero sus extremos quedarán orientados hacia afuera en lugar de seguir una línea uniforme. En cualquier caso, si no hemos sido capaces de distinguir este aspecto y nos colocamos la lentilla en la posición incorrecta notaremos cierta incomodidad.
Cuando se realiza un trabajo de caracterización, es más que probable que se haya aplicado en la cara de la persona caracterizada algún maquillaje o pintura. En este caso, ¿qué debemos realizar primero? ¿El maquillaje y después lentilla o al revés?
Este punto es igualmente aplicable en el caso del maquillado profesional. Cuando se va a aplicar maquillaje y se van a utilizar lentillas siempre se colocarán primero las lentillas y, con ellas puestas, se realizará el proceso de maquillado o el trabajo de caracterización manteniendo los párpados cerrados cuando se esté trabajando sobre el rostro. Realizarlo en el orden inverso supondrá el contaminar la lentilla y depositar en ella residuos que podrán dañar nuestros ojos.
Se debe tener en cuenta que en determinados trabajos de caracterización se utiliza abundante maquillaje, algo que puede provocar que una vez finalizado todo el trabajo y transcurridas unas horas este comience a desprenderse de la zona situada alrededor de los ojos y entre en ellos, especialmente si se trata de maquillaje en polvo. Para evitar este problema nuevamente se debe recomendar el uso de productos de calidad que garanticen una cierta duración y estabilidad sobre la piel y, a ser posible, optar por maquillajes líquidos o en crema.
Cuantos más productos se apliquen en la zona próxima a los ojos, mayor probabilidad de que estos entren en contacto con las lentillas.
¿Y a la hora de retirar el maquillaje? En este caso primero quitaremos las lentillas y después el maquillaje.
Como ocurre con cualquier tipo de lentilla, se deben respetar los tiempos establecidos para mantenerlas puestas. Sobrepasar este tiempo recomendado puede suponer la aparición de irritación ocular, sequedad y picores fruto de la falta de oxigenación e hidratación en los ojos.
En cualquier momento en el que se note sensación de quemazón o picores lo mejor es retirar las lentillas para evitar el que el problema vaya a mayores
Siguiendo estas recomendaciones podremos estar seguros de que el uso de lentillas aportará únicamente ventajas a nuestros trabajos de caracterización o maquillado.