El hecho de saber adaptarse a una situación es algo fundamental y que se encuentra a la orden del día. Cualquiera que sea el ámbito de nuestro día a día será un buen ejemplo para aplicar esta frase, como por ejemplo en el trabajo; o cuando hemos programado un viaje.
Ante estas situaciones adaptamos no solo nuestras acciones, sino también otros elementos que nos acompañan en ese día a día, tales como la ropa que vestimos y, evidentemente, también el maquillaje.
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No nos vestiremos igual si nuestro trabajo se lleva a cabo en una oficina, o en cambio se desarrolla en una fábrica; de la misma forma que tampoco nos vestimos igual en verano que durante el invierno; y es más, tampoco solemos vestir igual durante el día que por la noche (dependiendo del tipo de evento al que vayamos a asistir).
Todas estas diferencias y distinciones que hemos enumerado para la vestimenta las podemos aplicar también para el maquillaje que empleamos en nuestro día a día, y el cual variará según la estación del año en la que nos encontremos; principalmente verano e invierno, y también podrá variar según tengamos programado asistir a cualquier evento que se desarrolle durante el día, o bien por la noche.
¿Por qué cambiar el tipo de maquillaje?
El maquillaje consta de una serie de productos que aplicamos directamente sobre nuestra piel, piel que tiene unas necesidades las cuales van cambiando según la época del año en la que nos encontremos. Esto no es algo exclusivo únicamente de los productos cosméticos, sino que se trata de algo que ocurre en la piel de cualquier persona ya que, por ejemplo, durante el verano utilizamos crema solar para proteger nuestra piel de la radiación ultravioleta, y también utilizamos con mayor frecuencia crema hidratante, ya que el agua del mar, de las piscinas y el propio sol tienden a resecarla.
Con el maquillaje va a ocurrir lo mismo, ya que durante el invierno se suele utilizar una cobertura más densa que resultaría tremendamente incómoda en el verano debido a las elevadas temperaturas y al hecho de que se suele sudar más.
Otro de los aspectos que se suelen modificar a la hora de emplear maquillaje es la textura del producto, y también el tipo de cosmético empleado, optando en el verano por productos mucho más ligeros y menos agobiantes.
Las diferentes estaciones nos marcan el tipo de maquillaje a emplear durante el año, pero si nos centramos en una escala más pequeña como es la de un día, también vamos a encontrar diferencias a la hora de optar por un look u otro. En este caso, las diferencias principales no van a ser tanto en la textura, número y tipo de producto empleado, sino que más bien se centra en los colores y tonalidades utilizados.
Por lo general, los ambientes nocturnos suelen contar con una menor iluminación, a no ser que nos encontremos dentro de un local o recinto, y este hecho va a marcar la gama de colores utilizados, ya que el efecto visual de los cosméticos será muy diferente al ofrecido bajo la luz natural del sol.
El maquillaje adecuado para el verano y el invierno
Hablar de verano es hablar de calor, y de la misma forma que con la llegada de las altas temperaturas vestimos con ropa más ligera y holgada, con el maquillaje se debe hacer lo mismo, ya que la aplicación de determinados productos puede llegar a ofrecer una sensación agobiante y molesta, especialmente en esos días de temperaturas extremas.
Durante el verano, lo que se debe hacer es optar por una base de maquillaje con menor cobertura, pero que consiga una mayor unificación del tono. ¿Cómo conseguimos esto? Utilizando cremas con color cuya composición sea baja en aceites, es decir, que contengan suficiente agua, ya que además de resultar mucho más agradables a la piel, conseguirán ofrecer un efecto hidratante muy necesario en esta época del año.
Estas cremas son un cosmético similar a las BB Cream, pero más centradas en hidratar la piel durante el tiempo que permanecen aplicadas, y en minimizar o disimular los poros dilatados y las imperfecciones que se encuentran en la cara fruto del calor, y sin dar ese efecto de máscara que se consigue con otros productos cosméticos mucho más pesados.
Como añadido importante, algunas de estas cremas incorporan protección contra los rayos ultravioleta, de forma que con ellas cumplimos tres objetivos: corregir las imperfecciones de la piel, hidratarla, y protegerla del sol; todo ello sin tener que padecer los inconvenientes de un maquillaje pesado.
Se debe huir de las bases de maquillaje que contienen aceites en una cantidad importante, ya que es más que probable que terminen creando brillos en el rostro aunque nuestra piel no sea grasa. Las altas temperaturas dilatan los poros de la piel y hacen que sudemos más, hecho que, aunque sea mínimo, si lo unimos a la presencia de aceite, nos dará un efecto nada deseado que se acentuará bajo la luz del sol.
¿Qué inconveniente van a presentar las cremas con color? El principal inconveniente que presenta este cosmético es algo que hemos mencionado ya como una característica del mismo, y es que su cobertura es bastante menor que la de otro tipo de bases de maquillaje, inconveniente que padecerán todas aquellas pieles con imperfecciones notables o de consideración, ya que no serán capaces de corregirlas o minimizarlas; además de contar también con una durabilidad menor.
Otra opción por la que se puede optar en esta época del año como alternativa a las bases en crema son las bases mousse, cuya cobertura es algo mayor, y que siguen siendo un producto ligero, de fácil aplicación, y con una durabilidad algo mayor.
¿Buscamos más productos cosméticos para el verano? Los polvos de sol son otro de los productos típicos de la estación estival. Son un producto, en forma de polvo evidentemente, que ofrecen tonos bronceados o ligeramente dorados.
Resultan adecuados para aquellas mujeres que ya cuentan en su piel con un bronceado notable, y que no quieren aplicarse ninguna base de maquillaje por muy ligera que sea. Se trata pues, de un producto utilizado para conseguir un maquillado mínimo, rápido y muy ligero apto para pieles bronceadas y que presentan muy pocas imperfecciones.
Si nos centramos en los colores y tonos utilizados, se suelen emplear aquellos que mejor combinan con un tono de piel bronceado. Como son los rosados, verdes, azulados, dorados y bronces, especialmente en los ojos; y para los labios se utilizan los tonos rosas y lilas.
Dejando ya las altas temperaturas y centrándonos en el invierno, los productos a emplear van a ser diferentes. No se cuenta con el inconveniente de tener que soportar temperaturas agobiantes y, como consecuencia, no se suele sudar apenas.
Esto permite el empleo de cualquier base de maquillaje, aunque sea demasiado pesada y que ofrezca una cobertura mucho mayor que las utilizadas durante el verano. Bases en crema, en polvo, en mousse, bb cream... tan solo deberemos escoger aquella más adecuada para nuestro tipo de piel.
Y de la misma forma que el calor tiene efecto sobre nuestra piel, el frío no va a ser menos, por ello es importante tener en cuenta algunas cosas, como por ejemplo ser conscientes de que la piel va a necesitar ser hidratada, igual que durante el verano, mediante cremas ya que el frío reseca bastante. Esta necesidad se va a hacer patente tanto en la piel del rostro como, especialmente, en la de los labios, los cuales suelen sufrir en mayor medida las inclemencias de este tipo de estación.
El hecho de utilizar productos más pesados sobre la piel va a tener como consecuencia una mayor necesidad de limpieza de la misma, por ello es importante perder unos minutos cada noche en eliminar todos los restos de cosméticos empleados. Con ello mejoraremos el estado de salud y visual de nuestra piel, algo que se agradecerá al día siguiente cuando se deba volver a aplicar de nuevo el maquillaje.
En cuanto a los colores utilizados, estos suelen ser más pálidos o menos intensos que durante el verano, a excepción de en los labios, donde los rojos suelen tomar mayor protagonismo. Rosas claros, tonos café, marrones y negros son los que más se suelen utilizar en los diferentes puntos del rostro. También se suele aumentar la intensidad de maquillado en los ojos, utilizando los tonos negros delineadores de ojos de trazo grueso.
Como ventaja que encontramos en esta época del año, es que el maquillaje suele durar intacto durante una mayor cantidad de horas, algo que es de agradecer, especialmente cuando se asiste a algún evento.
Las diferencias entre el maquillaje de día y el maquillaje de noche
Otra de las distinciones que se hace dentro del mundo del maquillaje, es el tipo de efecto o look que se quiere lucir durante el día o durante la noche. Lo primero que deberemos tener en cuenta es que, sea cual sea el momento del día en la cual nos vayamos a maquillar, se debe atender a la estación en la cual nos encontremos para elegir el producto cosmético adecuado a aplicar sobre la piel.
En verano, por las noches, suele hacer calor en muchos puntos de nuestra geografía, por ello no debemos caer en el error de utilizar productos pesados o con demasiada cobertura como hemos explicado anteriormente.
Maquillaje de día
Hablando del maquillaje de día, en rasgos generales debe estar compuesto de tonos discretos y poco llamativos, con el objetivo de que, a la luz natural, resalte la apariencia del rostro de la persona y no los elementos que se han aplicado sobre el mismo.
Los tonos más adecuados son aquellos que queden cerca del tono de piel sobre el cual se van a aplicar (tonos que, como hemos podido saber, deberán ir cambiando según la época del año en la que nos encontremos, ya que la piel también irá cambiando de tono); también se debe buscar utilizar productos que den un acabado mate, libre de brillos que pueden dar un aspecto artificial bajo la luz del sol, evitar utilizar sombras demasiado oscuras, y hacer que los trazos realizados con el delineador sean muy discretos.
Se puede utilizar también algo de colorete para dar una nota de color, pero sin abusar de él. El mismo concepto se debe seguir para el tratamiento de las pestañas, pudiendo utilizar algo de máscara, pero nunca abusando de ella. En cuanto a los labios, los tonos rosados serán los más adecuados, pudiendo utilizar también, en este caso, algo de brillo en ellos.
Remarcar que se debe buscar siempre mostrar la naturalidad del rostro, minimizando las imperfecciones y suavizando los rasgos, siempre sin caer al lado del aspecto artificial.
Maquillaje de noche
En cambio, durante la noche, el estilo de maquillaje puede cambiar notablemente. En este caso se suelen emplear tonos mucho más marcados y agresivos, además de una gama más amplia de productos cosméticos.
Se debe enfatizar también en resaltar o bien los ojos, o bien los labios, es decir, si le otorgamos protagonismo a los ojos, se deberán dejar los labios en un plano más secundario y a la inversa, resaltar los labios y maquillar de forma más discreta los ojos, pero no hacerlo con los dos elementos a la vez porque, raras excepciones, no suele dar buen resultado.
Para dar protagonismo a los ojos se suele emplear sombras oscuras combinadas con algún color claro, delineadores gruesos para marcar la raya del ojo, y máscaras de pestañas que las alarguen y les den protagonismo.
Para dar protagonismo a los labios se emplean tonos vivos o intensos, cuidando que este tono empleado en los mismos sea acorde al resto de maquillaje aplicado. Los colores mate suelen ser una excelente opción ya que, además de la intensidad de color que ofrecen, cuentan con una durabilidad mucho mayor que la de otro tipo de cosméticos específicos para los labios.
La base de maquillaje deberá seguir siendo del mismo color que el de la piel, pero después se podrá aplicar tonos rojizos u oscuros serán los protagonistas durante estas horas del día. En definitiva, se trata de aprovechar la falta de luz para poder utilizar productos más agresivos, los cuales no ofrecerán ese aspecto artificial que darían si se vieran bajo la luz del sol, y que además, resaltarán las facciones otorgando un aspecto mucho más atractivo.
Cada momento del año, y cada momento del día tienen sus características, y el maquillaje debe ser algo acorde a las mismas, de manera que podamos conseguir ese conjunto de imagen natural, a la vez que corregimos las pequeñas imperfecciones que aparecen sobre la piel.