El hecho de maquillarse supone crear, mediante una serie de productos cosméticos, un conjunto capaz de otorgar una imagen mucho más mejorada a una persona minimizando las imperfecciones de su piel, aumentando su belleza, y realzando aquellos aspectos de su rostro dignos de destacar, como pueden ser los ojos, los labios, los pómulos…
En este conjunto va a tener importancia cualquier cosmético empleado, y si queremos que este conjunto sea lo más completo y vistoso posible, deberemos atender a otras zonas que no forman parte únicamente de nuestro rostro.
Las manos son un elemento de nuestro cuerpo que permanece expuesto a la vista de las personas con las que interactuamos. En ocasiones damos la mano al presentarnos con nuestro interlocutor, gesticulamos mientras hablamos, quedan a la vista mientras escribimos o tecleamos en el ordenador…
Es por ello que nuestras manos también deben ser tenidas en cuenta a la hora ultimar nuestro conjunto y, por ello, será conveniente conocer qué tipo de productos tenemos a nuestra disposición, y elegir el más adecuado entre los diferentes tipos disponibles.
¿Por qué pintarse las uñas?
Uno de los actos más cotidianos para una mujer es el de pintarse las uñas. Hoy en día, el principal motivo por el cual se realiza esto es, simplemente, decorativo.
Dotar a nuestras uñas de un color a juego con la vestimenta, con el color del pintalabios, o simplemente, del color que más nos guste, es un recurso que ofrece mucho juego y ayuda a que la imagen de la persona se vea realzada.
Los inicios de esta técnica se remontan, como no podía ser de otra manera, al antiguo Egipto, allá por el año 3.500 a. C., donde las reinas empleaban colores claros y brillantes, y las ciudadanas de a pie utilizaban colores más oscuros.
Años más tarde, sobre el año 3.000 a. C., la cultura china comenzó a emplear también el uso del esmalte de uñas sirviendo, en este caso, como un diferenciador del estatus social de las mujeres. Los rojos y negros quedaban reservados para las mujeres de clase alta, de la nobleza y de la realiza, mientras que los colores más pálidos y apagados eran los reservados para las clases bajas.
Es ya, en el siglo XX, cuando aparece la moda que ha perdurado hasta nuestro días de dotar de color a las uñas a modo decorativo. Al principio, los colores más empleados fueron los rosas, rojos, morados y negros; añadiendo, poco a poco, una infinidad de colores, texturas, acabados, combinaciones…
¿Qué productos se emplean al pintarse la uñas?
Cuando hablamos de pintar unas uñas nos estamos refiriendo a aplicar, sobre las mismas, lo que se conoce como esmalte de uñas. Este va a ser el principal elemento, ya que va a ser el que otorgue el aspecto de las uñas al final del proceso, y del cual existe una amplia variedad dentro de los mismos.
Pero además del esmalte, se van a utilizar otros productos encargados tanto de proteger a las propias uñas, como de asegurar que el esmalte permanece inalterado durante mucho tiempo.
Es el caso de la capa base, la cual se aplica en un primer momento sobre la uña para protegerla y mejorar la adherencia del esmalte; o del barniz o esmalte protector, aplicado al final del proceso para proteger al esmalte y aumentar su durabilidad.
Todos estos productos citados hasta ahora presentan el mismo formato: un pequeño botecito que contiene el producto en sí, el cual es de textura líquida con cierta densidad, y cuyo tapón cuenta con un pequeño pincel incorporado y mediante el cual se aplica el producto sobre la uña.
Por último, y no menos importante, aparecen todos aquellos productos destinados a eliminar o retirar el esmalte de las uñas cuando sea necesario, y dejarlas como si nada hubiera pasado.
La capa base
La capa base es el primer producto que se suele aplicar sobre las uñas (aunque en numerosas ocasiones se suele prescindir de él). Este producto va a cumplir varias funciones:
- Su textura es muy similar a la de una cinta adhesiva de doble cara, adoptando una textura pegajosa. El objetivo de esto es aumentar notablemente la adherencia del esmalte a la uña y, con ello, su durabilidad.
- La textura de la capa base permite unificar e igualar el color del esmalte, por lo que el acabado final se verá de mucha mayor calidad que en el caso de haber prescindido de ella.
- Muchas capas base cuentan en su composición con elementos capaces de otorgarles cierta elasticidad. ¿Qué se va a conseguir con ello? Que el esmalte no se agriete o salte con tanta facilidad ante cualquier golpe en la uña.
- También, muchas capas base incluyen elementos orientados a cuidar a la uña en sí, evitando que los esmaltes u otros productos terminen por dañar su superficie y derive en problemas mayores. Entre estos elementos destacan el calcio o la vitamina E.
Dentro de las capas base vamos a encontrar diferentes tipos orientados a diferentes uñas, por ejemplo:
- Capas base para uñas estriadas: el hecho de contar con unas estrías muy marcadas en las uñas puede dificultar la adherencia del esmalte a las mismas. Estas capas permiten alisar la superficie de la uña y mejorar notablemente la aplicación del esmalte.
- Capas base para uñas frágiles: suelen ir enriquecidas con vitaminas, las cuales refuerzan la estructura de la uña evitando que se partan con facilidad.
- Capas base para uñas delgadas: este tipo de bases cuenta como principal elemento con la queratina, encaminada a reforzar la uña.
Esmalte de uñas
El esmalte de uñas es, como ya hemos comentado, el elemento principal dentro de los productos enfocados a las uñas. Cuentan con diversas propiedades que van a influir de manera directa en el acabado final.
Color, textura, brillo… son algunas de estas propiedades sobre las cuales deberemos elegir entre diferentes opciones para llegar al resultado que más se ajuste.
Esmaltes lisos: son los clásicos, los de toda la vida. Ofrecen un acabado de un solo color, liso y con cierta cantidad de brillo.
Esmaltes duocromo: ofrecen un acabado que combina dos colores, de forma que el resultado es algo similar a un tono metalizado que varía según el ángulo de incidencia de la luz.
Esmaltes glitter: se trata de un esmalte liso al que se le ha añadido purpurina. Ha sido una de las últimas tendencias dentro de los esmaltes de uñas.
Esmaltes holográficos: son un tipo de esmalte que cuenta con unas partículas especiales que hacen que, al incidir la luz sobre ellos, se cree un efecto parecido al de un arcoíris.
Esmaltes shimmer: pueden ser confundidos con los esmaltes glitter, ya que se también contienen purpurina. La diferencia es que, en este caso, la purpurina empleada es mucho más fina y solo será visible bajo una luz notable.
Esmaltes perlados: seguro que más de una vez nos hemos fijado en el atractivo brillo que tiene una perla; pues estos esmaltes ofrecen ese mismo acabado, dotando a nuestras uñas de un efecto perlado muy llamativo.
Esmalte satinado: un acabado satinado se refiere a aquel que se encuentra en un punto intermedio entre el mate y el brillante. Por lo general, se trata de esmaltes muy discretos y elegantes.
Esmaltes tipo Mood: son un tipo de esmalte muy curioso, ya que el color que ofrecen va a depender de la cantidad de luz que reciban… y de su temperatura; por lo que va a ser difícil que nos vean dos veces con el mismo color.
Esmalte magnético: uno de los últimos productos en aparecer dentro del mercado de los esmaltes es de los magnéticos. Estos esmaltes están dotados de pequeñas partículas de hierro que van a reaccionar al acercarlos a un imán nada más aplicarlos sobre las uñas. ¿Qué vamos a conseguir con esto? Pues que en función de la intensidad del imán, el esmalte va a crear diferentes efectos como consecuencia de la orientación de las partículas de hierro, como líneas, estriados…
Esmaltes craquelados: nos encontramos ahora ante un esmalte más propio de un salón de manicura que de uno más habitual de “andar por casa”. Se debe utilizar junto a otro esmalte convencional que sirve de base y que se aplica en primer lugar; sobre este esmalte, una vez seco, se coloca el esmalte craquelado, cuya característica es que conforme se va secando, van apareciendo grietas que dejan al descubierto el esmalte base que hemos aplicado en un primer momento.
Esmalte protector o top coat
Es el turno de hablar del último producto que se va a aplicar sobre las uñas. En un primer momento puede parecer un simple esmalte transparente, pero en realidad es un producto que cumple diversas y necesarias funciones.
La principal de estas funciones es la de servir como capa protectora del esmalte aplicado anteriormente, protegiéndolo de rozaduras, golpes o de la acción de determinadas sustancias y productos agresivos.
Ayuda a sellar los poros que hubieran podido quedar sobre el esmalte, aumentando también su durabilidad.
Permite eliminar las imperfecciones que han podido quedar sobre la superficie del esmalte, como pequeñas gotas, líneas producidas por el pincel…
También permiten modificar ligeramente el acabado final de las uñas, ya que gracias a ellos tendremos la posibilidad de cambiar el brillo o la textura.
Productos quitaesmalte para la limpieza de uñas
Una de las principales preocupaciones que hemos tenido en cuenta mientras hablábamos de los diferentes productos para el pintado de uñas era el hecho de aumentar su durabilidad. Como es de imaginar, llegará un momento en el cual deberemos retirar todos estos productos para dejar nuestras uñas limpias.
A la hora de adquirir un producto de este tipo vamos a poder optar entre dos clases diferentes: los que contienen acetona y los que no.
Quitaesmaltes con acetona
Tal y como su nombre indica, el principal componente es la acetona, la cual es un disolvente bastante potente capaz de eliminar muchos otros productos, además de los esmaltes de uñas.
Se caracteriza por un olor inconfundible (el clásico olor que o gusta mucho, o no se aguanta), aunque se debe evitar su inhalación durante mucho tiempo, y emplearlo en un lugar con cierta ventilación.
Se recomienda para eliminar esmaltes bastante resistentes que se han aplicado sobre uñas que no tienen problemas de fragilidad o que no sean delicadas.
Quitaesmaltes sin acetona
Estos productos en lugar de contar con acetona han sido fabricados con una base de acetato de etilo. Es el tipo de quitaesmalte más apropiado para aquellas personas que tienen las uñas delicadas, y además es menos agresivo para la piel que los quitaesmaltes que contienen acetona.
Esta característica va a hacer que su poder limpiador no sea tan elevado como en el caso de la acetona, siendo recomendados para esmaltes no muy resistentes.
Algunos consejos sobre el pintado de uñas
El pintado de uñas es una tarea sencilla, pero que requiere del conocimiento de una serie de pequeños consejos que conseguirán aumentar la calidad de nuestro trabajo.
Aplicar la capa base es algo totalmente recomendable en todos los casos, especialmente sobre uñas delicadas, y en cuyo caso se deberá optar por bases enriquecidas con vitaminas, calcio o queratina. Ayudan a proteger la superficie de las uñas de acciones agresivas que puedan causar los esmaltes sobre ellas.
A la hora de aplicar la base, va a resultar más recomendable comenzar desde el dedo meñique y acabar en el pulgar. Una vez se han secado todos los dedos, realizar el mismo proceso con la otra mano.
Una vez se ha secado la base, es el momento de aplicar el esmalte. La forma más adecuada de aplicarlo es desde la base de la uña hacia su extremo superior con un único trazo. Se deberá empezar también desde la zona central de la uña, desplazándonos hacia los extremos.
Una vez aplicada y seca completamente la primera capa de esmalte, aplicaremos una segunda para lograr igualar el color y conseguir un efecto sólido.
Es más que probable que durante la aplicación del esmalte nos hayamos manchado un poco la piel de alrededor de la uña. Como es lógico, este esmalte deberá ser retirado, y para ello nada mejor que emplear un palillo de madera impregnado con un poco de quitaesmalte. Ello nos dará mayor precisión para no dañar el trabajo realizado sobre la uña, que en el caso de emplear un algodón.
El hecho de llevar las uñas pintadas no es algo natural para ellas, por lo que adquirir una dinámica en la cual estas reciben una capa de pintura constantemente no va a resultar, para nada, recomendable.
Como mínimo, la uña debe permanecer una semana al mes “libre” sin ningún tipo de producto que la cubra para, así, garantizar su buen estado de salud. De la misma forma, dejar el esmalte durante muchos días sin renovarlo también va a acabar por afectar a la uña, ya que en estos casos, al retirar el esmalte, parte de la queratina de la superficie será también retirada.