En muchas ocasiones, cuando vamos a aplicar cualquier producto cosmético nos informamos acerca de sus características, del efecto que producen, de si es mejor o peor que otro... Esto es algo necesario y que nos llevará a tomar una decisión más acertada a la hora de decantarnos por uno u otro producto.
Sin embargo, existen otras tantas ocasiones en las que alguno de estos cosméticos requiere de algún tipo de herramienta o utensilio para poder ser aplicado sobre la piel, y puede darse el caso de que toda esa atención prestada a la hora de elegir ese producto se pasa por alto a la hora de elegir la herramienta para su aplicación.
¿El resultado de esto? La posibilidad de que el efecto ofrecido por el producto cosmético sea bueno, pero no tanto como lo podría ser de haber utilizado un elemento más adecuado, o en mejor estado, para su aplicación.
Herramientas o utensilios empleados en el maquillaje hay muchos, y, de entre ellos, unos de los más populares son las brochas de maquillado y los pinceles, de los cual existen diferentes tipos, cada uno con funciones específicas, y que como casi todas las herramientas, van a requerir de una serie de cuidados para poder alargar su vida útil.
Las brochas de maquillaje. ¿Qué son?
Las brochas de maquillaje son unas herramientas empleadas para aplicar con mayor facilidad, y con mejor resultado, determinados productos de maquillaje sobre la piel. Entre estos productos tenemos, por ejemplo, las bases de maquillaje, los correctores, los coloretes o las sombras de ojos.
Se trata de un mango, que puede ser de madera, plástico, resina o cualquier otro material sintético, de forma alargada para poder ser asido con las manos con mayor comodidad (aunque también existen brochas con un mango corto más compacto para facilitar el llevarlas en un bolso o estuche), unido a una parte metálica llamada virola, y en cuyo extremo cuenta con unas cerdas insertadas y que son las que entran en contacto con el producto cosmético y con la piel. Estas cerdas pueden ser de origen sintético, o bien tratarse de cerdas naturales procedentes de animales como los ponys, martas o cabras.
Existen diferentes tipos de brocha en función, principalmente, de la longitud y número de cerdas por las cuales están formadas, de manera que encontramos brochas más gruesas y de forma más redondeada, brochas más compactas y de cerdas cortas, brochas con cerdas cortadas en forma de cuña... cada una de ellas ideada para aplicar un producto o conseguir un determinado efecto.
Este utensilio tiene su origen en una de las civilizaciones cuna del maquillaje, el antiguo Egipto, ya que eran necesarias para poder aplicar los polvos de colores utilizados entonces.
¿Y qué son los pinceles de maquillaje?
Básicamente se trata de una brocha, pero de forma mucho más estrecha. Al ser más estrechos se emplean para aplicar productos cosméticos que requieren mayor precisión, bien por el tipo de efecto que se desea conseguir, o bien por la zona en la cual se aplican. Principalmente se utilizan para tratar las zonas de los ojos y los labios.
Tipos de brocha de maquillaje que podemos encontrar
A la hora de abordar los diferentes tipos de brochas para maquillado que tenemos a nuestra disposición, se puede establecer una serie de categorías en función de su uso, de su forma, de su composición... Así pues, tenemos:
Brochas de cerdas naturales o sintéticas
De la misma forma que una parte de los tejidos o pieles naturales empleados para confeccionar prendas han sido sustituidos por tejidos o pieles sintéticas, en el caso de las brochas de maquillaje ha ocurrido lo mismo.
En este caso encontramos que tanto unas como otras van a tener unas funciones específicas, ya que aquellas brochas con cerdas sintéticas resultan más adecuadas para aplicar cosméticos líquidos o más pesados, ya que aguantan mejor el paso del tiempo al tratar con estos productos más agresivos y resultan más fáciles de limpiar. En cambio, las brochas de pelo natural se suelen utilizar más para aplicar productos en polvo.
El coste de unas y de otras varía, siendo aquellas brochas de pelo natural más caras que aquellas de pelo sintético, pero poco a poco van apareciendo en el mercado brochas sintéticas que se van asemejando cada vez más a aquellas formadas con pelo natural.
Brochas con diferente corte en sus cerdas
No hay más que observar un estuche que contiene un kit de brochas de maquillado para darse cuenta de esta notable característica, ya que podemos encontrar brochas diferentes en función de cómo terminan sus extremos o cómo está dispuesto su pelo. Esto, evidentemente, tiene un sentido, ya que busca potenciar alguna característica que convierta a este tipo de brocha en una herramienta específica para conseguir cumplir diferentes funciones.
Brochas con corte plano
Nos encontramos ante una brocha cuyo extremo forma una superficie plana y bastante ancha en comparación con otro tipo de brochas. La característica más relevante de este tipo de brocha es la de poder aplicar, con poco trabajo, el maquillaje en una superficie amplia del rostro.
Válidas para maquillajes en polvo o fluidos, crearán un efecto de uniformidad en toda el área sobre la cual han actuado.
Brochas con corte redondo
Estas brochas cuentan con un corte que les confiere una forma redondeada. Gracias a esta forma ofrecen mayor precisión que aquellas que tienen un corte plano, pero también aplican una menor cantidad de cosmético.
Se suelen utilizar para aplicar productos en zonas más concretas del rostro, como por ejemplo en la aplicación de coloretes en las mejillas.
Brochas con corte en bisel
Este tipo de brochas son aquellas que tienen un corte diagonal en su pelo, de manera que ofrecen una imagen similar a una cuña. El propósito de este corte es el de hacerlas aptas para poder adaptarse a las diversas formas que aparecen en cualquier rostro, especialmente en aquellas zonas con curvas.
Gracias a ello permiten crear un efecto de mayor difuminado en estas zonas, en las cuales, con otro tipo de brocha, resultaría más complicado.
Brochas con acabado en punta
Se trata de un tipo de brocha con la cual se puede realizar aplicaciones de maquillaje con mucha más precisión que con el resto de modelos y, por ello, son ideales para la aplicación de correctores o trabajar los contornos. En su extremo, adquieren una forma puntiaguda muy similar a la cola de algunos animales.
Brochas en forma de abanico
Son un tipo de brocha bastante menos común que todas las vistas hasta ahora. La forma en la cual están dispuestas sus cerdas es tal cual la que describe su nombre: un abanico; y se emplean para aplicar algunos productos de forma ligera o en pequeña cantidad, como, por ejemplo, los polvos translúcidos.
Brochas con diferente longitud de cerdas
Además de la forma que presentan las brochas, podemos encontrar otras características físicas que van a marcar una diferencia entre ellas. En este caso nos centramos en la longitud que presenta su pelo.
Por lo general, aquellas brochas de pelo corto y con gran densidad tienen mayor facilidad para captar los productos cosméticos, por lo que serán las ideales cuando se quiera aplicar grandes cantidades de maquillaje. En el otro lado, las brochas de pelo largo no captan tanta cantidad de producto, pero permiten realizar un acabado difuminado de mucha mayor calidad que las de pelo corto.
Lo habitual es que las brochas de pelo corto acaben en cortes rectos y cuenten con virolas planas, ya que esto permite ejercer una mayor presión sobre esta herramienta; y las brochas de pelo largo cuentan con formas redondeadas que permiten una mayor precisión y un mayor número de ángulos de movimiento.
Brochas con diferentes tamaños
Por último, podemos atender al tamaño de las diferentes brochas para conseguir determinados propósitos al aplicar el maquillaje. Aquellas brochas de tamaños grandes se emplearán, como se puede suponer, para aplicar maquillaje en zonas más amplias del rostro, como pueden ser las mejillas, mentón o frente al utilizar la base de maquillaje; mientras que aquellas brochas de pequeño tamaño quedan reservadas para zonas más concretas, como los ojos, la nariz, zonas de contorno...
Brochas especiales
Es momento de centrarse en algunos tipos de brochas especiales, las cuales se han puesto muy de moda en los últimos años, y que es posible que no se conozca muy bien cuál es su utilidad real y, debido a ello, no se les pueda sacar partido.
Brocha mofeta
Cuando hablamos de una mofeta, enseguida nos viene a la mente la imagen de este animalito de color negro y blanco. Las brochas mofeta deben su nombre precisamente a esa imagen, ya que son unas brochas que cuentan con cerdas de color negro en sus laterales, y de color blanco en su parte central. Esta diferencia de color se debe a que se trata de “pelo” de diferente composición, ya que cuenta con pelo natural por un lado, y con fibra óptica por otro.
Esta atractiva brocha se emplea para aplicar polvos iridiscentes, es decir, polvos para iluminar zonas del rostro, y otros cosméticos con pigmentos brillantes, ya que, gracias a la fibra óptica de su pelo, puede captar esos pigmentos metálicos y depositarlos en la piel si formar aglutinaciones.
Brocha kabuki
Este tipo de brocha especial también tiene la finalidad de aplicar productos en formato polvo, especialmente para los maquillajes minerales. Se trata de una brocha con una gran densidad de pelo dispuesto de manera que forma una superficie plana y ancha (también las existen con acabado circular o curvado), y que cuenta con un mango más corto de lo habitual; por ello, resultan ideal para la aplicación de estos polvos minerales, ya que gracias a su forma permiten recoger todas las partículas de maquillaje realizando movimientos circulares, y aplicarlas sobre la piel de manera que no producen el apelmazamiento del producto.
También resultan útiles para la aplicación de coloretes, polvos bronceadores, u otros polvos ya sean sueltos o compactos.
Brocha lengua de gato
Otra brocha de peculiar forma son las llamadas de “lengua de gato”, ya que su aspecto recuerda a la lengua de estos animales. Son brochas de forma plana, algo alargada y con la punta redondeada. ¿El objetivo de esto? Contar con las ventajas de una brocha plana y de una brocha redondeada, siendo útiles para aplicar maquillaje en superficies amplia si son de tamaño grande, o para tratar zonas con más detalle definiendo contornos si son de tamaño más pequeño.
Tipos de pinceles de maquillaje que podemos encontrar
Los pinceles, como ya hemos comentado, son el mismo tipo de herramienta que las brochas, pero con un tamaño mucho más reducido que permite aplicar los diferentes productos cosméticos en zonas que requieren gran precisión, que principalmente van a ser los ojos y los labios.
Pinceles de ojos
A la hora de aplicar el maquillaje sobre los ojos se debe tener en cuenta que van a existir diferentes zonas en el mismo que van a requerir distinto tratamiento.
Pinceles para sombras
A la hora de aplicar la sombra de ojos se va necesitar con un pincel que permita obtener el mejor resultado y la mayor precisión. Los más adecuados para este propósito son aquellos de pelo corto, punta redondeada y notable densidad de pelo.
Pinceles biselados
Su forma es la misma que la de sus homónimas en el apartado de las brochas. El corte inclinado con el que cuentan los convierte en ideales para, además de aplicar sombras difuminadas y productos iluminadores, para realizar también la raya del contorno del ojo.
Pinceles delineadores de ojos
Este tipo de pinceles quedan casi exclusivamente restringidos para la aplicación del delineador de ojos en gel.
Pinceles de labios
El uso de este tipo de pinceles está menos extendido que el del resto que ha sido expuesto hasta el momento. Además de servir para aplicar productos de maquillaje de labios específicos, también se emplean para corregir el acabado obtenido con cualquier producto. Suelen ser pinceles estrechos, de pelo corto y bastante duro.
Cuidados para las brochas y pinceles
Si queremos que las brochas y pinceles para maquillaje con las que contamos sigan realizando su función tan bien como el primer día, deberemos preocuparnos por darles una serie de cuidados. El paso del tiempo, el uso y el contacto con determinados cosméticos van a hacer que, poco a poco, vayan perdiendo sus características hasta el punto de poder quedar inutilizables.
Y ya no solo se trata de que actúen mejor o peor, sino también de una cuestión económica, ya que las brochas y pinceles que cuentan con un mínimo de calidad no suelen productos baratos, y si a ello le sumamos que necesitamos no una, sino varias diferentes... el gasto se incrementa, especialmente si se trata de brochas de pelo natural.
Lo más recomendable, como podemos imaginar, es limpiarlas tras cada uso, algo que puede resultar engorroso o imposible por la falta de tiempo en muchas ocasiones. Así pues, se deberán limpiar como mínimo cada 15 días, especialmente aquellas empleadas para aplicar productos más pesados como bases de maquillaje, pudiendo estirar un poco más aquellas empleadas para polvos más ligeros.
Debemos tener en cuenta que, además del producto cosmético a aplicar, las brochas y pinceles entran en contacto con la piel, y ello hará que también vayan acumulando poco a poco grasa e impurezas.
Lo adecuado es lavarlas con agua tibia y jabón, que deberá ser neutro. Es posible que necesiten estar en remojo unos cuantos minutos para conseguir quitar todo el maquillaje que han ido acumulando.
Habrá que tener mucho cuidado de no presionar las cerdas hacia abajo (contra la virola), ya que esto provocará que se rompan algunas, y que poco a poco vayan perdiendo su forma (Igual que ocurre, por ejemplo, con un cepillo de dientes tras mucho uso)
Una vez limpias y aclaradas con agua limpia para eliminar el jabón, se deberán dejar secar tumbadas sobre alguna toalla en algún lugar ventilado, nunca puestas en un bote o recipiente ya que, de esta manera, el agua caerá hacia el mango y terminará por dañar el material y las juntas. Aquellas brochas de mayor tamaño y con mayor dificultad para secarse, se deberán dejar secar colgadas boca abajo.
Las brochas de pelo sintético suelen emplearse para productos más pesados y fluidos. En estos casos, puede resultar adecuado, antes de nada, limpiar suavemente las cerdas con un poco de aceite desmaquillante para, luego, limpiarlas con agua y jabón, los cuales terminarán por eliminar todo resto de maquillaje.