La caracterización profesional es un sector que ofrece innumerables posibilidades y alternativas de desarrollar un mismo trabajo, y que además permite al caracterizador o caracterizadora profesional desarrollar su parte creativa en determinados encargos, especialmente en aquellos en los que se debe crear un personaje desde cero.
El hecho de caracterizar un personaje se puede realizar de diferentes maneras, e incluso en un gran número de ocasiones va a ser necesario recurrir a varias de ellas de manera simultánea. Para darnos cuenta de esto, sólo deberemos preguntarnos si un personaje es únicamente su apariencia, o por el contrario se caracteriza también por otros elementos como puede ser, por ejemplo, una determinada postura, la forma de andar, la voz, el uso recurrente de algunas expresiones...
Todos estos aspectos deberán ser tenidos muy en cuenta por los caracterizadores profesionales, ya que lo ideal es que conozcan el personaje tan bien como la persona que está siendo caracterizada para, entre los dos, llegar a alcanzar el mayor grado de fidelidad con el personaje original; sumando además de la apariencia física la cual, evidentemente, va a ser la parcela que más trabajo va a requerir por parte de estos profesionales, la parcela personal.
Con todo ello, podemos afirmar que la caracterización de un personaje engloba todo un conjunto formado por la apariencia, la actitud y los movimientos.
¿Por qué es importante crear un conjunto de características en la caracterización profesional?
No se puede poner en duda la importancia que tiene una apariencia física fiel a la imagen del personaje que se pretende caracterizar; sin embargo, en no pocos casos, una simple frase o un simple movimiento van a estar a la altura, en cuanto a importancia se refiere, de la apariencia física.
Para ello solo hay que darse cuenta que, si en cualquier momento de una conversación alteramos el orden de las palabras en una frase y decimos, por ejemplo "buenos caracterizadores profesionales debéis ser, ¿conseguirlo podréis?", seguramente alguien asocie esa forma de expresarse con el personaje de Yoda, de La Guerra de las Galaxias. ¿Alguien se imagina un excelente trabajo de recreación física del personaje, en el que luego no se tenga en cuenta este característico aspecto de su forma de expresarse? Evidentemente el resultado de la caracterización no quedaría completo ya que, en este caso, la forma de hablar es tan importante como la apariencia física, ya que tanto una como la otra nos traen a la mente a ese personaje, aunque se presenten por separado.
Pongamos otro ejemplo muy simple y conocido, esta vez relacionado con la forma de moverse. ¿Con qué famoso cantante asociamos el famoso movimiento del Moonwalk? Evidentemente con Michael Jackson. En este caso la forma de expresarse no va a tener tanta relevancia como la forma de moverse, la cual se encuentra a la misma altura que la apariencia física del personaje, ya que es algo propio y exclusivo de él.
¿Qué aspectos y formas hay que tener en cuenta para crear o caracterizar a un personaje?
A la vista ha quedado que la caracterización de un personaje va a depender tanto de la habilidad del caracterizador o caracterizadora profesional, como de la propia persona que va a representar la caracterización. Por ello resulta necesario conocer ese conjunto, y ya no solo para crear al personaje en sí, sino también, en determinados casos, para recrear su entorno cuando la situación lo requiera (como por ejemplo en una representación teatral)
La caracterización de personajes utilizando la apariencia
Este primer caso va a ser, como ya hemos apuntado anteriormente, tarea exclusiva de los profesionales de la caracterización. La base para que un personaje esté lo más logrado posible comienza por dotarle de una apariencia física lo más fiel posible a la realidad (o ficción), en el caso de que se trate de personajes existentes, o de conseguir un buen trabajo en el supuesto de que se esté creando un personaje totalmente nuevo.
El primer caso va a ser el que más dificultades pueda presentar ya que, evidentemente, va a ser imposible que las personas que observan al personaje tiendan a realizar comparaciones con la figura que se ha tratado de caracterizar.
A la hora de comenzar un trabajo de caracterización se necesitarán, evidentemente, imágenes del personaje a representar, pero también algo que resulta muy útil es una descripción escrita de sus principales atributos y elementos destacables, de forma que entre ambas fuentes de información se logre reunir la mayor cantidad de información posible.
Dentro de este apartado se incluyen todo un sinfín de elementos y materiales necesarios para alcanzar esa fidelidad a la imagen real, como son el vestuario, el aspecto del rostro, el trabajo de peluquería, características morfológicas peculiares, el uso de determinados complementos como pueden ser un bastón, unas gafas o un casco, la aplicación de maquillaje, el uso de prótesis de látex u otro material...
Caracterización de personajes utilizando su forma de expresarse
Una vez se ha logrado alcanzar el mayor grado de fidelidad con la imagen real del personaje en cuestión, es el turno de imitar con la mayor precisión posible la forma con la cual se expresa. ¿El personaje tiene acento extranjero? ¿Presenta algún defecto de dicción como el de no poder pronunciar la letra "R"? ¿Es tartamudo? ¿Emplea un vocabulario específico o recurre a menudo a una determinada frase? (Hasta el infinito, ¡y más allá!) Todo esto son aspectos que también deberán ser plasmados en un texto, pero en este caso la figura de los caracterizadores profesionales no va tener influencia alguna, ya que se trata únicamente de una tarea propia de la persona que representa al personaje.
Evidentemente, el hecho de alcanzar una mayor o menor perfección a la hora de expresarse como el personaje representado va a depender del contexto en el cual nos encontremos; ya que no se requiere el mismo nivel en una cabalgata de carnaval o en una fiesta de Halloween que en una representación teatral o en un rodaje de un audiovisual.
En cualquier caso, el componente referido a la forma de expresarse siempre debe tenerse presente a la hora de representar un personaje.
Caracterización de personajes utilizando acciones o gestos
Hasta este punto ya tenemos claro que, tanto la apariencia física como la forma de expresarse son dos elementos clave para conseguir alcanzar una caracterización fiel y de calidad. Es el momento pues de centrarse en elementos como la forma de moverse que tiene ese personaje, por lo que nos deberemos fijar en algunas acciones y gestos.
¿El personaje cojea al andar? ¿Tiene algún tic? ¿Realiza algún gesto característico recurrente cuando sucede algo? (Por ejemplo, cuando se asusta, cuando suena el teléfono, cuando se cruza con alguien determinado...) Son muchas las posibilidades que pueden surgir a la hora de observar cómo se comporta un personaje en su papel (o en la vida real).
Las acciones y gestos ayudan en gran medida a definir y caracterizar un personaje, y más aún cuando este es famoso por realizar algunos de estos hechos. En este caso, el hecho de tener que interpretar estas acciones o gestos se expande mucho más allá del ámbito teatral o del mundo audiovisual, ya que es perfectamente aplicable a casi cualquier tipo de situación en la que una persona decida realizar una caracterización. Desfiles, cabalgatas, carnavales, fiestas... son situaciones idóneas para realizar una representación del personaje utilizando sus gestos y acciones más característicos.
Caracterización de personajes utilizando el entorno que les rodea
Otro aspecto importante a considerar, y que esta vez sí que se encuentra enfocado al ámbito teatral y a las representaciones más elaboradas, es el hecho de tener en cuenta todos los elementos que rodean al personaje en cuestión, y con ello nos referimos tanto a los elementos materiales como a los elementos personales (o animales).
Por un lado, centrándonos en los aspectos materiales, se debe atender a elementos como la época en la cual está ambientada el personaje, cuidando de no cometer fallos relacionados con anacronismos; también hay que tener en cuenta si ese personaje se caracteriza por alguna ubicación concreta, y por los elementos que en ella aparecen; es importante fijarse si el personaje utiliza siempre algún objeto, herramienta o utensilio como bien puede ser un ordenador, algún útil de trabajo o cualquier otro elemento que, si bien no es necesario que lo utilice durante la representación, siempre será un detalle añadido de calidad que este aparezca en escena.
Por otra parte, nos debemos centrar en los aspectos personales del entorno que rodea al personaje. Para esto tan solo debemos pensar en nosotros mismos y ver que la presencia o ausencia de determinadas personas tiene una influencia sobre nosotros a la hora de producirnos sentimientos o emociones (y también, de la misma forma que nosotros ejercemos esas mismas sensaciones sobre las personas que nos rodean).
¿Qué ocurre cuando alguien muy insoportable se encuentra en el grupo con el cual nos encontramos acompañados en ese momento? ¿O qué ocurre cuando un buen amigo o amiga que no vemos desde hace algunos meses vuelve para hacernos una visita? Evidentemente son dos influencias sobre las personas que hay alrededor totalmente opuestas, pero que sirven para caracterizar la personalidad de ese personaje que se está representando.
Cuando se trate de caracterizar a alguien cuyo efecto sobre los demás es negativo, resultará conveniente tener este aspecto en cuenta, especialmente en representaciones teatrales o artísticas, y algo menos importante en otro tipo de ambientes más informales, pero que siempre será un punto añadido si se tiene en cuenta en determinados momentos, y el mismo caso y procedimiento para las influencias positivas.
¿Y sí se quiere crear un personaje a partir de cero?
Hasta ahora hemos visto casos que se deben tener en cuenta a la hora de representar un personaje que ya existe, y qué también se pueden aplicar al caso en el que se quiera crear un personaje totalmente nuevo, pero en este punto vamos a incidir más en este último caso, ya que en muchas ocasiones la labor de los caracterizadores profesionales no se limita solo a "copiar" algo que ya existe, sino que se deben realizar trabajos en los cuales se recibe una descripción de lo que se quiere materializar, o simplemente se le deja actuar aplicando sus habilidades y conocimientos.
Cuando se quiere crear un nuevo personaje se deberá tener en cuenta:
El primer punto a considerar es el público hacia el cual va a estar dirigido el personaje que se va a caracterizar. Pongamos el caso de que se quiera caracterizar a un payaso para que este actúe en una fiesta de cumpleaños de niños y niñas de 6 y 7 años. Como manda el sentido común, el payaso a representar deberá ser de aspecto infantil y gracioso, no teniendo cabida representar un payaso de aspecto tétrico más apto para una fiesta de Halloween. En el caso de que no se haya tenido la orden de representar un payaso en concreto, sino de un personaje de libre elección, se deberán tener en cuenta los mismos criterios, materializando personaje de aspecto divertido, amigable y con colores vivos.
Cuando se trate de crear personajes para representaciones teatrales o artísticas, muchas veces se deberá tener en cuenta que exagerar determinados rasgos de su apariencia puede ayudar a definir su personalidad. Ojeras muy marcadas, narices grandes, una palidez excesiva de la piel o un moreno muy marcado... son aspectos visuales que evocarán diferentes sensaciones en las personas que observen al personaje caracterizado.
Por último, en el caso de tener que caracterizar a varios personajes inexistentes todavía, no se deberá caer en el error de crearlos muy semejantes entre ellos (a no ser que el guion o las exigencias de la persona que solicita los servicios de caracterización así lo expresen). La variedad es una de las cosas que más llama la atención de las personas que observan un desfile, representación, o simplemente forman parte de un evento festivo de disfraces.
Como se ha podido apreciar, la acción de caracterizar a un personaje en la vida real no solo es tarea y responsabilidad de los caracterizadores profesionales, sino que se trata de una cadena que abarca desde la persona encargada de crear al personaje a partir de su imaginación (o de decidir qué personaje ya creado se debe representar), hasta la persona sobre la cual se va a realizar la caracterización y que deberá cuidar determinados aspectos, muy importantes, de los explicados en este artículo. Evidentemente, en medio de esta cadena es donde se ubica la labor de los caracterizadores profesionales que serán los que, con su labor, logren ofrecer el mayor punto de calidad al trabajo realizado.